miércoles, 11 de junio de 2008

Loco incurable

Tengo muy ocupado el pensamiento,
lo ocupo sólo en una ilusión,
que no tiene raíz, tierra, ni viento
que lo eleve hasta ser una oración.

Está ocupado por alguien sangriento,
ese es sólo mi nocturno corazón,
él es sólo un enamorado sin arrepentimiento
que está ciego y ya perdió la razón.

Él quiere pasar el limite del sufrimiento,
quiere ser canto de ave, ser una canción,
está loco, perdónalo por su atrevimiento,
pero está loco por tu amor.

La Bienvenida

Antes de conocerte, en mi había un vacío.
Sólo andaba con la tristeza y la soledad,
juntos hemos recorrido rincones oscuros,
grietas cuyos desvios vacilabamos antes de seguir.

¿Qué más?. Sentía que algo me faltaba.
Había una oscuridad en los ojos en el día,
no era más que la simple visión quimérica
de la felicidad que andaba entre nosotros.

Esa alucinación, esa magía, fue la señal
de tu llegada por un vago y desierto camino
cuyos vegetales y frutos florecian a tu paso.

Es así cuando llegaste a mí, amor, no sé cuando,
pero vives en mí con la sencillez del querer
y la fuerza, más fuerte que el odio, del amar.

Adios

Adiós. Palabra que no quiero decirte,
palabra que no quiero pronunciar.
Por más que tu ya te fuiste,
por más que yo te deje de amar...

La noche se ha vuelto más oscura
y las estrellas ya dejaron de brillar.
La luna en tus brazos se sentía segura,
y el cielo sobre tu tierra podía volar.

Ahora el cielo se ha vuelto tan transparente,
que se puede ver a las estrellas caer.
Por callar a tu corazón y tener tu amor latente,
mis frutos, en tu tierra, no podrán crecer.

Al ardor del sol lo siento tan helado,
cuando extraño el calor de tus abrazos.
El frío ha dejado a mis sentimientos congelados
en un eterno hielo unido en triste lazo.

Yo te he amado tanto, y todo te debo.
Yo no sé si tu me amabas, pero nada me debes.
Tengo que darte las gracias por morir de nuevo,
y tú no me des nada, por que nada me debes.

¿Te digo adiós, y acaso te he olvidado,
he borrado de mi mente tus ojos fríos?.
Aún no puedo sacar tu ausencia de mi lado,
y no puedo tapar tu infinito vacío.

Y es así como termina este duro duelo,
tuvo que terminar por el bien de los dos.
Yo te deseé más que todos mis anhelos.
Y tú me dijiste un frío y eterno adiós.

Adiós. Palabra que no quiero decirte,
palabra que no quiero pronunciar.
Por más que tu ya te fuiste,
por más que yo te deje de amar...